sábado, 4 de octubre de 2008

Todo se transforma

Así es, todo se transforma. En ésta oportunidad voy a contar como unos cuantos troncos secos que andaban pululando por el barrio, y sobre todo en "El bosque" (un parque bastante grande, a pocas cuadras de aquí), se transformaron en el mobiliario del "home sweet home".

Bueno, para empezar, veamos el sofá-cama que nació a partir de 2 lindos troncos, uno de palo borracho y el otro de algún árbol que no identifiqué jamás, pero tiene la misma pinta que el eucalipto que le rodeaba en toda la zona. Por supuesto, no se parecen en nada las maderas, pero no importa, cuando se recicla, se recicla! Además de los troncos, con mi hermano trajimos unas tablas que habían dejado en la calle después de una obra en construcción. Probablemente las volvían a buscar algún día, pero en la lluvia, la madera se echa a perder y no se podía correr ese riesgo con una madera tan dura y de buena calidad.

Todo eso, mas unas herramientas, algún martillazo en el dedo y acá tenemos el resultado que habitualmente sirve de sofá, y eventualmente de cama, cuando viene el staff de "El blog de la Huerta" a visitarnos:



En otra oportunidad, nos trajimos unas ramas del grosor de la parte gorda de un bate de baseball y de allí salieron unas cuantas cosas. El patio del departamento se llenó de aserrín, aserrán, y los maderos de San Juan, que en vez de pan, pedían auxilio, terminaron con un nuevo look:



Con la misma tanda de palos, surgió otra idea, que costó unos pesos mas: Tuve que visitar la ferretería para conseguir unas rueditas, la "trapería" (retacería, telería, o como sea, donde se venden trapos, retazos, telas, y afines) y una bulonería que me 'proveyó' (así se dice?) unos cuantos tornillos y tuercas. Y por último, un tapicero me dió una mano con una maquina de coser que atravesaba hasta cuero (a mi me pareció que si poníamos chapa de acero, la cosía igual!).
Todo este asunto me dejó un resultado que tuvo mas uso que cualquier otro mueble de la casa:



Mas o menos en la misma época, surgió el proyecto menos ingenieril de todos los tiempos, ya que hay que tratarlo como si fuera de papel para que no se desarme: La lámpara de caña y sisal:



Por último, el mas antiguo, el pié para el bajo, fácil, rápido y además me lo quisieron comprar en varias oportunidades que lo llevé conmigo cuando tocábamos en bares con la banda, allá por el año 2002/2003.



Es todo por ahora, espero que haya gustado.
Hasta la próxima entrada!

3 comentarios:

Nan dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Nan dijo...

Aquí yo... la media naranja o manzana.. o kiwi?...
Viendo las imágenes de las cosas con las que convivo habitualmente con tanta naturalidad, me pregunto si alguna vez me dejarás de maravillar con tanta creatividad...
Entonces la respuesta viene a mi encuentro desde adentro: Por supuesto que nuca vas a dejar de maravillarme!

Te felicito por este espacio tan tuyo :)
Besos mi vida!

Norma dijo...

Todos los trabajos muy buenos, pero hay uno, que para mí, se lleva las palmas, es el sillón "director", realmente me "chifló".

Hasta la próxima

Grace